ENSAYO SOBRE
MÉXICO (SEGUNDA ENTREGA)
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VINCULACIÓN DE LAS
SUB-CULTURAS AUTÓCTONAS CON LA CULTURA NACIONAL.
La vinculación de las
subculturas autóctonas con el México del siglo XXI, es el resultado de un
proceso tortuoso y degradante, que ha dependido de las decisiones de los
conquistadores y sus herederos.
La primera imagen que
de los indios tuvo la cultura novo hispana fue la de los despojos humanos que
se ahogaban en alcohol y dormían en las calles tras de que les fueron
arrebatadas sus pertenencias y todo lo que le daba sentido a sus vidas,
incluidos sus dioses, y claro, los recién llegados de Europa, albañiles,
carpinteros, escribanos, amas de casa, religiosos, religiosas, maestras y
maestros de escuela, contadores, comerciantes, prostitutas y aventureros, de
inmediato concluyeron que los pecadores indios adoradores del demonio, no
merecían nada más que la vida que tenían.
Una visión diferente
la daban los indios que estaban integrados a la milicia, o a las labores
agrícolas y domésticas, sin más prestación que la comida, ellos, en su lucha
por sobrevivir estaban haciendo lo posible por mimetizarse, y muchos
encontraron útil mostrar desprecio hacia los “otros indios”; así empezamos a
negar nuestras raíces.
El etiquetar a todos
los indios como ignorantes, indignos de confianza, traicioneros y
despreciables, no requirió del más mínimo esfuerzo por parte de quienes
disfrutaban las mieles de tener trabajadores gratis para las tierras
confiscadas, o servicios domésticos y sexuales sin más compromiso que enseñar
“la verdadera fe”.
Los miembros de los
pueblos indígenas alejados de los centros urbanos de la Nueva España recibieron
la misma calificación, pero no fueron invadidos o esclavizados, a cambio claro,
de aceptar la presencia de catequistas, el bautizo en la fe cristiana, y su
colaboración en la construcción de iglesias o cuando menos de ermitas.
Con el paso del
tiempo muchos de esos pueblos se integraron a la colonia pese a continuar
siendo completamente indígenas, pero otros se mantuvieron aislados y como
consecuencia, al margen de los planes de desarrollo del gobierno central.
Ahora, desde hace ya
varios años, existen instituciones gubernamentales y civiles, que se han
propuesto pagar la deuda histórica que tenemos con los pueblos indígenas, pero
parece ser que a pesar de la indudable buena fe que las inspira, se corre el
riesgo de apoyar su desarrollo con una destructora integración. Muestra de ello
es que se ha llegado a becar a niños indígenas para que estudien en Europa,
replicando la superficialidad de la reina María Antonieta al proponer repartir
pastelillos entre los hambrientos parisinos, pero sin tener la excusa de la
malograda reina de proceder de una nación distinta de la que trataba de ayudar.
De todo lo anterior
concluyo que las sub-culturas autóctonas existen gracias a que no se han
vinculado a la cultura nacional en la medida de nuestros deseos, y que siempre
que hemos hecho algo para integrarlas solo las hemos afectado negativamente.
FUTURO DE LAS
SUB-CULTURAS AUTÓCTONAS
La elaboración de
esta sección me resultó muy desgastante, ya que no pude encontrar la forma de
ser optimista.
Los proyectos para el
desarrollo e integración de los pueblos indígenas no dicen a las claras a que
México pretenden incorporarlos, y si es al de los mexicanos que están apenas
sobre la “línea de la pobreza”, no les están ofreciendo ninguna mejoría, así
que supondré que el México al que proponen que se integren es el de la clase
media.
Es cierto que en el
México que eufemísticamente conocemos como de la “clase media” se ha mejorado
notablemente el nivel de vida, y que cuenta entre otras cosas con un sistema de
salud que siendo perfectible, está por encima del de más de uno de los países
considerados desarrollados; pero actualmente, por desgracia, a lo más que puede
aspirar un mexicano de la clase media es vivir siempre angustiado, con
limitaciones económicas, con un empleo mal pagado y una deuda que consume una
importante parte de sus ingresos.
¿Es eso lo que les
ofrecemos a los indígenas que hace apenas cincuenta años podían cazar en sus
montes, sembrar su tierra, pescar en sus ríos y lagunas, y vender sus productos
y artesanías en los mercados de los pueblos mestizos?
Por desgracia no hay
opción, porque por más que se trate ahora de apoyarlos para que recuperen su
capacidad de auto subsistencia, ya no es posible, porque hemos permitido que
manufacturas y frutas de otros países desplacen con bajo precio y pésima
calidad, a mucho de lo que representaba su fuente de ingresos. Así, entre otras
cosas, las canastas y muebles de palma provienen ahora de China y son de bambú,
los utensilios de barro son de Taiwán, los rebozos de Corea, las tunas ya son
kiwis, los jinicuiles son lichi, y muchos de los insumos para la fabricación de
artesanías son ahora de importación; también hemos secado sus lagos,
contaminado sus ríos, secuestrado sus manantiales, desequilibrado su hábitat
aniquilado muchas especies endémicas, deforestado sus bosques, y construido
presas sobre sus cotos de caza.
Ya en este punto,
para que las sub-culturas autóctonas tengan futuro, debemos de dejar de tomar
decisiones que no son nuestras, y en un acto de respeto y congruencia, debemos
regresarles todo lo que se pueda de lo que les hemos quitado, y hacer lo
necesario para que las comunidades indígenas tengan carreteras, agua,
electricidad, internet, y acceso al sistema nacional de salud. Es fundamental
que esto se haga no con la idea de que tenemos que pagar una deuda histórica, si
no de que urge recuperar las raíces de nuestra nación.
Dije al presentar
este trabajo que no intentaba convencer a nadie de nada, pero ya que decidí
compartirlo me siento ahora obligado a argumentar un poco sobre este asunto de
las raíces culturales, porque es en verdad muy delicado y hay quien las considera
irrelevantes porque su presencia en nosotros es intangible. Yo personalmente
estoy convencido de que un pueblo sin raíces o con raíces truncas no puede
tener la cohesión necesaria para subsistir, pero ya que los mexicanos estamos
acostumbrados a renegar de nuestras raíces, entiendo que hay muchos que piensan
que nada pasará si nos quedamos sin ellas, por eso me permitiré abundar un poco
más en las razones de mi sentir.
Para empezar las
raíces culturales no aportan ADN, eso lo aporta la sangre, lo que aportan la
raíces culturales es espiritualidad, y en el caso de la nación mexicana su
espiritualidad tiene muchas y variadas raíces, por eso existen personas y
grupos que se pueden dar el lujo de despreciar algunas, lo que no pueden es
asegurar para ellos la ausencia de las enfermizas actitudes sociales que
identifican a quienes no tiene un acendrado orgullo de pertenencia a su nación,
y que irremediablemente van a afectarlos en cualquier lugar en donde vivan, ¿se
imaginan lo que le hubiera pasado a la nación judía sin su admirable sentido de
pertenencia?, bueno pues sería un pueblo que hubiera aceptado vivir mirando
para arriba a los pertenecientes a otras naciones, ellos nunca lo hicieron ni
lo harán, pero hay muchos mexicanos que lo hacen.
Nuestras raíces son
indígenas, pero también españolas y africanas; tenemos influencias de Asia por migrantes
prehistóricos, después, fantásticas migraciones secundarias hicieron que muchos
pueblos de muchas regiones de México reporten orígenes Incas, Olmecas, y Mayas,
conformando un mosaico cultural que aún no desciframos; indescifrable también,
pero sin duda trascendente es lo que a nuestra espiritualidad ha aportado África, porque esa es la región del mundo en dónde más
millones de años el hombre ha contemplado las estrellas; y por el lado español
nos toca otro galimatías de influencias, que para no enredarme demasiado solo
diré que también somos herederos culturales de Grecia, Roma, y Arabia. Por eso
José Vasconcelos acuño el término “Raza Cósmica” para nuestra nación, pero solo
lo seremos con raíces sanas, de ahí la importancia de revalorar la parte
indígena de nuestra génesis, de ahí la necesidad de impedir que la desaparición
de las sub-culturas autóctonas se constituya en una evidencia fatal de nuestra
insensibilidad y nos marque sin remedio para que por siempre seamos una raza
indefinida, nunca una RAZA CÓSMICA.
PROXIMA SEMANA
LA SUB-CULTURA DE LOS CONQUISTADORES
(Antecedentes culturales. Vinculación con la cultura
nacional. Futuro)