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domingo, 23 de abril de 2017

ENSAYO SOBRE MÉXICO (SEGUNDA ENTREGA)
IMPORTANTE: Este ensayo dio origen al libro MÉXICO SIN MENTIRAS que puedes obtener gratis en mexicosinmentiras.com
VINCULACIÓN DE LAS SUB-CULTURAS AUTÓCTONAS CON LA CULTURA NACIONAL.

La vinculación de las subculturas autóctonas con el México del siglo XXI, es el resultado de un proceso tortuoso y degradante, que ha dependido de las decisiones de los conquistadores y sus herederos.
La primera imagen que de los indios tuvo la cultura novo hispana fue la de los despojos humanos que se ahogaban en alcohol y dormían en las calles tras de que les fueron arrebatadas sus pertenencias y todo lo que le daba sentido a sus vidas, incluidos sus dioses, y claro, los recién llegados de Europa, albañiles, carpinteros, escribanos, amas de casa, religiosos, religiosas, maestras y maestros de escuela, contadores, comerciantes, prostitutas y aventureros, de inmediato concluyeron que los pecadores indios adoradores del demonio, no merecían nada más que la vida que tenían.
Una visión diferente la daban los indios que estaban integrados a la milicia, o a las labores agrícolas y domésticas, sin más prestación que la comida, ellos, en su lucha por sobrevivir estaban haciendo lo posible por mimetizarse, y muchos encontraron útil mostrar desprecio hacia los “otros indios”; así empezamos a negar nuestras raíces.
El etiquetar a todos los indios como ignorantes, indignos de confianza, traicioneros y despreciables, no requirió del más mínimo esfuerzo por parte de quienes disfrutaban las mieles de tener trabajadores gratis para las tierras confiscadas, o servicios domésticos y sexuales sin más compromiso que enseñar “la verdadera fe”.
Los miembros de los pueblos indígenas alejados de los centros urbanos de la Nueva España recibieron la misma calificación, pero no fueron invadidos o esclavizados, a cambio claro, de aceptar la presencia de catequistas, el bautizo en la fe cristiana, y su colaboración en la construcción de iglesias o cuando menos de ermitas.
Con el paso del tiempo muchos de esos pueblos se integraron a la colonia pese a continuar siendo completamente indígenas, pero otros se mantuvieron aislados y como consecuencia, al margen de los planes de desarrollo del gobierno central.
Ahora, desde hace ya varios años, existen instituciones gubernamentales y civiles, que se han propuesto pagar la deuda histórica que tenemos con los pueblos indígenas, pero parece ser que a pesar de la indudable buena fe que las inspira, se corre el riesgo de apoyar su desarrollo con una destructora integración. Muestra de ello es que se ha llegado a becar a niños indígenas para que estudien en Europa, replicando la superficialidad de la reina María Antonieta al proponer repartir pastelillos entre los hambrientos parisinos, pero sin tener la excusa de la malograda reina de proceder de una nación distinta de la que trataba de ayudar.
De todo lo anterior concluyo que las sub-culturas autóctonas existen gracias a que no se han vinculado a la cultura nacional en la medida de nuestros deseos, y que siempre que hemos hecho algo para integrarlas solo las hemos afectado negativamente.


FUTURO DE LAS SUB-CULTURAS AUTÓCTONAS

La elaboración de esta sección me resultó muy desgastante, ya que no pude encontrar la forma de ser optimista.
Los proyectos para el desarrollo e integración de los pueblos indígenas no dicen a las claras a que México pretenden incorporarlos, y si es al de los mexicanos que están apenas sobre la “línea de la pobreza”, no les están ofreciendo ninguna mejoría, así que supondré que el México al que proponen que se integren es el de la clase media.
Es cierto que en el México que eufemísticamente conocemos como de la “clase media” se ha mejorado notablemente el nivel de vida, y que cuenta entre otras cosas con un sistema de salud que siendo perfectible, está por encima del de más de uno de los países considerados desarrollados; pero actualmente, por desgracia, a lo más que puede aspirar un mexicano de la clase media es vivir siempre angustiado, con limitaciones económicas, con un empleo mal pagado y una deuda que consume una importante parte de sus ingresos.
¿Es eso lo que les ofrecemos a los indígenas que hace apenas cincuenta años podían cazar en sus montes, sembrar su tierra, pescar en sus ríos y lagunas, y vender sus productos y artesanías en los mercados de los pueblos mestizos?
Por desgracia no hay opción, porque por más que se trate ahora de apoyarlos para que recuperen su capacidad de auto subsistencia, ya no es posible, porque hemos permitido que manufacturas y frutas de otros países desplacen con bajo precio y pésima calidad, a mucho de lo que representaba su fuente de ingresos. Así, entre otras cosas, las canastas y muebles de palma provienen ahora de China y son de bambú, los utensilios de barro son de Taiwán, los rebozos de Corea, las tunas ya son kiwis, los jinicuiles son lichi, y muchos de los insumos para la fabricación de artesanías son ahora de importación; también hemos secado sus lagos, contaminado sus ríos, secuestrado sus manantiales, desequilibrado su hábitat aniquilado muchas especies endémicas, deforestado sus bosques, y construido presas sobre sus cotos de caza.
Ya en este punto, para que las sub-culturas autóctonas tengan futuro, debemos de dejar de tomar decisiones que no son nuestras, y en un acto de respeto y congruencia, debemos regresarles todo lo que se pueda de lo que les hemos quitado, y hacer lo necesario para que las comunidades indígenas tengan carreteras, agua, electricidad, internet, y acceso al sistema nacional de salud. Es fundamental que esto se haga no con la idea de que tenemos que pagar una deuda histórica, si no de que urge recuperar las raíces de nuestra nación.
Dije al presentar este trabajo que no intentaba convencer a nadie de nada, pero ya que decidí compartirlo me siento ahora obligado a argumentar un poco sobre este asunto de las raíces culturales, porque es en verdad muy delicado y hay quien las considera irrelevantes porque su presencia en nosotros es intangible. Yo personalmente estoy convencido de que un pueblo sin raíces o con raíces truncas no puede tener la cohesión necesaria para subsistir, pero ya que los mexicanos estamos acostumbrados a renegar de nuestras raíces, entiendo que hay muchos que piensan que nada pasará si nos quedamos sin ellas, por eso me permitiré abundar un poco más en las razones de mi sentir.
Para empezar las raíces culturales no aportan ADN, eso lo aporta la sangre, lo que aportan la raíces culturales es espiritualidad, y en el caso de la nación mexicana su espiritualidad tiene muchas y variadas raíces, por eso existen personas y grupos que se pueden dar el lujo de despreciar algunas, lo que no pueden es asegurar para ellos la ausencia de las enfermizas actitudes sociales que identifican a quienes no tiene un acendrado orgullo de pertenencia a su nación, y que irremediablemente van a afectarlos en cualquier lugar en donde vivan, ¿se imaginan lo que le hubiera pasado a la nación judía sin su admirable sentido de pertenencia?, bueno pues sería un pueblo que hubiera aceptado vivir mirando para arriba a los pertenecientes a otras naciones, ellos nunca lo hicieron ni lo harán, pero hay muchos mexicanos que lo hacen.
Nuestras raíces son indígenas, pero también españolas y africanas; tenemos influencias de Asia por migrantes prehistóricos, después, fantásticas migraciones secundarias hicieron que muchos pueblos de muchas regiones de México reporten orígenes Incas, Olmecas, y Mayas, conformando un mosaico cultural que aún no desciframos; indescifrable también, pero sin duda trascendente es lo que a nuestra espiritualidad ha aportado África, porque esa es la región del mundo en dónde más millones de años el hombre ha contemplado las estrellas; y por el lado español nos toca otro galimatías de influencias, que para no enredarme demasiado solo diré que también somos herederos culturales de Grecia, Roma, y Arabia. Por eso José Vasconcelos acuño el término “Raza Cósmica” para nuestra nación, pero solo lo seremos con raíces sanas, de ahí la importancia de revalorar la parte indígena de nuestra génesis, de ahí la necesidad de impedir que la desaparición de las sub-culturas autóctonas se constituya en una evidencia fatal de nuestra insensibilidad y nos marque sin remedio para que por siempre seamos una raza indefinida, nunca una RAZA CÓSMICA.


PROXIMA SEMANA

LA SUB-CULTURA DE LOS CONQUISTADORES

(Antecedentes culturales. Vinculación con la cultura nacional. Futuro)

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