Al polemizar para convenir sobre todo eso,
caímos en cuenta de que el libre albedrío y capacidad creadora de los humanos
les permitiría modificar lo que nosotros pudiéramos decidir, no solo sobre su
vinculación con otras especies, sino sobre su vinculación universal y la
vinculación de otras especies entre ellas y con el Universo.
Fue entonces cuando uno de nosotros de
particular importancia, quien fue el primero en ser creado por nuestro padre a
través de El Verbo y al que me referiré en adelante como Dos, propuso que para
eliminar la posibilidad de que los humanos atentaran contra todo lo creado, era
conveniente disminuir su potencial creativo o su libre albedrío o ambos.
El asunto resultó tan polarizante que todos
los trabajos se detuvieron, entonces ante la inmovilidad, el Verbo nos ordenó
posponer la solución de tan controversial problema e iniciar nuestros trabajos
con vegetales y animales.
Obedecer estaba en nuestro ánimo, pero hasta
ese momento solo habíamos trabajado juntos para exponer nuestras ideas, opinar
sobre las de los demás y convenir o discrepar.
Pero crear vida implicaba llevar nuestra
interacción a un siguiente nivel para convenir sobre una enorme cantidad de
pequeños aspectos operativos y materializar lo convenido. No sabíamos como.
Para sacarnos de ese marasmo El Verbo nos
distribuyó en ciento cuarenta y cuatro mil mesas de doce miembros cada una e
integró una mesa de doce moderadores, uno de los cuáles era él.
Los moderadores se movían de mesa en mesa
llevando y trayendo información de lo que se estaba discurriendo en las otras,
por lo general no hacían sugerencias, se limitaban a destacar pros y contras de
las soluciones planteadas.
En mi mesa la entidad más propositiva era un
ser de luz que más adelante optó por manifestarse como del sexo femenino y a
quién por ahora solo designaré como Ella.
Hago un paréntesis para aclarar que el
mencionar mesas de trabajo es una alegoría descriptiva, porque en esos tiempos
solo éramos energía pensante y toda tridimensionalidad nos era extraña, tampoco
emitíamos sonidos, así que los diálogos que incluyo en seguida no son una traducción
sino la materialización de la información que entonces compartimos.
- Insisto -dijo Ella-, en que antes de
avanzar en los cómos debemos definir con claridad el para qué, ¿para qué crear
vida?, ¿para ocuparnos en algo?...
incluso me desdigo, lo primero a definir no debe ser para qué crearemos
vida, lo primero que debemos entender con exactitud es por qué fuimos creados
nosotros ¿fuimos creados por una ocurrencia sin sentido?
- ¡Es sorprendente que tengas dudas!,
¡fuimos creados para servir a nuestro padre y obedecer a El Verbo! –Retumbó
Dos-
Antes de que Ella o alguien más reaccionara
a tal aseveración El Verbo hizo sentir su presencia y dijo.
- Para eso es inconveniente que se nos haya
dotado de Libre Albedrío y Potencial Creativo, pues combinados nos permiten
recuperar continuamente más conocimientos de la esencia de nuestro padre y los
conocimientos son las semillas de la desobediencia.
Se inició entonces un diálogo entre Ella y
El Verbo que iluminó nuestra razón y aún sigue aportándome referencias de
verdad.
Ella planteó su duda.
- Si la obediencia no es nuestra razón de
ser ¿nos está permitido desobedecer y por ende atentar contra la voluntad de
nuestro padre?
Y El Verbo en lugar de responder la forzó a
recuperar conocimientos que nuestro padre ya le había otorgado desde su
creación.
- ¿Quieres describir que es la
desobediencia?
Ella reflexionó brevemente y respondió.
- Es un cambio de dirección con respecto a
lo esperado, es lo que da a los seres del supra entorno mineral, que son los
únicos que existen por ahora, la posibilidad de modificar su trayectoria en
respuesta a la tendencia al desorden inducida por su propia naturaleza y la de
los demás.
La desobediencia solo
puede existir en referencia al tiempo porque tiene un principio y un final,
todos los seres del supra-entorno mineral incurren en cambios de dirección,
esto es, incurren en desobediencias al atraerse y repelerse unos de otros, pero
esas desobediencias colocan a la entidad infractora en caminos que están dentro
de un espacio definido con anterioridad.
- ¿Quién definió el espacio para los seres
del supra-entorno mineral y con base en qué? –Interrogó El Verbo-
Ella dijo.
- El espacio del supra-entorno mineral se
autodefinió al momento en que explotó la masa original con base en las
definiciones que Nuestro Padre decretó.
El Verbo replicó.
- ¿Sería correcto aseverar que cuando los
cuerpos cósmicos cambian de dirección por su tendencia al desorden su nuevo
camino queda no solo dentro del universo sino dentro de las previsiones de
nuestro padre?
- Sí claro, nada puede existir fuera de Él.
- ¿Entonces, a quién desobedece la
desobediencia?
- ¡Es verdad!, ¡la desobediencia es un
cambio de dirección que no atenta, no puede atentar contra nuestro padre!
La energía que Ella liberó al festejar su
conclusión fue la primera exclamación no mesurada en los espacios de la
creación.
Entonces El Verbo planteó una pregunta cuya
respuesta aun estaba fuera de nuestra comprensión.
En ese momento muchos creímos que lo hacía
para confrontarnos con el hecho de que aún estábamos iniciando nuestro
desarrollo, pero más tarde descubrimos que nos estaba dando la clave para
realmente entender la creación de vida.
- Ya que la desobediencia es propiciada por
los conocimientos –dijo- y los conocimientos son adquiridos gracias a la
combinación de libre albedrío y potencial creativo ¿cómo es que los minerales
pueden desobedecer si no tienen ni libre albedrío ni potencial creativo?
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